El otro día ayudé a unos buenos amigos, de los mejores, con su mudanza y no pude evitar quedarme quieta unos instantes y dejar a mi cabeza volar. Pensé en cuándo viviré yo su misma situación, cuándo decidiré el color del sofá, de los muebles, si pondré muchas plantas o mejor no, si querré cortinas o preferiré que nos vea todo el mundo.
Ahí fue, justo cuando dije «nos«. ¿Tú, quién? Me pregunto como serás, como será la persona con la que me plantee vivir en un futuro y con quien finalmente lo haga tangible. Me pregunto si estaremos de acuerdo en todo, si seremos un gran buen equipo o nos pelearemos por cualquier nimiedad. Me pregunto como serán tus ojos, y qué sentiré cuando te mire. ¿Quién serás? Cómo será tu nombre, cómo serán tus manías, cómo serás tú en general.
¿Cómo sabré que eres tú y nadie más? Cómo será verte conducir, camino a los muebles que compondrán nuestro hogar. Sólo espero que la ilusión me ponga todo patas arriba, solo espero ser feliz, conocer hasta lo que tú desconoces de ti.
¿Cómo será la primera vez que me hagas reír de verdad? A carcajadas. Me da miedo pensar que cualquier día puedo conocerte y no saber que eres tú. Me da miedo que me rompas el corazón pero si esa persona eres tú, sé que no lo harás. Pero sí te lloraré mil noches, seguro lo sé. Lo que no me imagino es las veces que seré feliz si nos encontramos. Que me harás feliz, seguro lo sé.
¿Campo o ciudad? Y que respondas donde estés tú está mi hogar. Que sea yo esa privilegiada con el privilegio de tenerte. Te escribo esto y tan siquiera te pongo cara, pero con el tiempo te pondré mi corazón.
Todavía no vengas, no estoy preparada. Estoy haciéndome mejor persona para que el día que nos conozcamos conectes conmigo, con mi buena energía, con toda mi alma, y poco a poco, te enamores de ella. De toda mi.
Nos vemos, aunque pronto no sé
live laugh love 