Ahora tengo más miedo y menos frío 

Violáceo. Es un miedo exquisito, el miedo a amar, a dejarse llevar. Pero, ¿qué bailarina no sé deja llevar por la música?, ¿qué marinero no se adentra en la tormenta?, ¿y qué soldado no es capaz de morir por amor? Todos se dejan llevar, por la pasión, la ambición, no hay corazón incapaz de no responder a un impulso. 

Digamos que bien podíamos ser algo así como marineros armados con zapatillas de ballet. Algo así. Yo por lo pronto, he vuelto a escribir. He vuelto a beberme el vaso en vez de ahogarme en él, y lo acabo de rellenar. Ni medio lleno, ni medio vacío, bajando por mi garganta, enfriándome los músculos y humedeciéndome el alma. Así, mientras no dejo de lamer mis labios mojados y repetir tu nombre. Y todo esto mientras desconozco quién es la figura que se refleja en el agua. A mis ojos ya abstracta. 

Tengo el vaso lleno de sentimientos y una sed insaciable. O mejor aún, tengo mi corazón en un vaso y me lo voy a beber de un trago. Y a cada trago me voy enamorando un poco más de ti.

¿Y si yo fuera el vaso?, y me tuvieras en tus manos, después de beberme quedaría mi alma de cristal. A tus ojos, desnuda y sin coraza.

Brindemos y brindémonos la oportunidad de enamorarnos

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s