Merece la pena querer a un gato

Merece la pena amarlo,

aunque solo sea un día, una hora o una milésima de segundo.

Merece la pena estrecharlo entre tus brazos,

acariciarlo, sentir su ronroneo y calor.

Merece la pena recogerlo,

de cualquier lugar donde alguien o nadie

haya decidido dejarlo (abandonarlo).

Merece la pena y la vida,

y su vida y su pena cuidarlo.

Merece la pena mimar a un gato,

darle cobijo a un ser vivo, ser su hogar y eterno abrigo.

Merece la pena colmar un hogar de gatos,

de uno o varios mientras se les quiera y mime por igual.

Merece tantísimo la pena,

que más lo merece contarlo, escribirlo, transmitirlo con el fin de calar hondo.

¿Aún crees que no merece la pena tener a un gato?

Pero no olvides la pena que merece amarlo.

– Poema breve dedicado a Luni, nuestra Luni. Te queremos mucho. Cuida de nosotros, como lo hacen todos nuestros seres queridos de los que ya no podemos sentir su calor (pero sí su amor). Brilla hoy en el cielo por y para siempre, haz honor a tu nombre.

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