Todo era más sencillo cuando era guerrera para las cosas cotidianas, para el día a día. En el momento que empecé a ser guerrera en el ámbito sentimental comenzó a fallarme todo el sistema nervioso. Comencé a apagarme, a quedarme sin energía, a estar agotada, día tras día. No se puede entrar en guerra con el corazón por delante, no se puede entrar en una guerra con el amor como arma. ¿A quién pretendía convencer de mi valía?, ¿a quién quería yo engañar?
Hay palabras inmensas, que abarcan hilos rojos, historias que no van a ninguna parte, individuos y paisajes. Hay cuatro palabras en la vida, sólo cuatro, que son las más difíciles de defender pero las más fáciles de luchar: Amor de mi vida. Son cuatro palabras que no se pueden gritar al viento y quedarte de brazos cruzados, son palabras que o impulsan a cometer una locura o no comprendes bien su significado o no lo vives. Dicho significado va más allá de las palabras, conlleva a los actos, corazón y razón en una sola palabra (corazón). Es un sentimiento que sale del alma en forma de palabra, y que en la razón de cada uno se expande, como el universo lo hizo en un hueco infinito (o no tanto).
Al pronunciarla, al hacerla pública y darle nombre de otra persona, esta palabra es el mismísimo Big Bang. Capaz de crear un mundo dentro de la infinitud de la física, la cuántica y vete tu a saber qué más. Como bien dijiste, soy tonta, tan tonta que mis conocimientos se asemejan al tamaño de la cabeza de un alfiler.
¿Quién es capaz de pronunciar esas palabras, hacerlas públicas, darle nombre y quedarse tan tranquilo?, ¿quién vuelve a llamar a la puerta de un corazón roto y con las mismas se vuelve a ir, a desaparecer en la niebla, a no volver o quién sabe qué? Siempre hablas de injusticias, de lo mucho que te duelen, pues bien. Decir que alguien es el amor de tu vida e irse, no luchar, llamar a la puerta y salir corriendo otra vez, eso sí que es una injusticia.
Porque hay un tercero que intenta remontar el vuelo y de repente, le pegan un disparo en el ala que lo desequilibra, que lo deja malherido en cualquier punto de la tierra al acecho de cualquier depredador. Un tercero que cae desde una altura considerable, un tercero que por muy de hielo que sea le rompen el alma, le rompen las alas, algunas cosas que tienen que ver con la maldita palabra amor, amar y sus malditos derivados.
NO ES JUSTO. No lo es, no es real, es una gran mentira, es egoísta y dañina, es mentira. ES UNA PUTA MENTIRA. O eso es lo que llevo diciéndome tres noches, eso es de lo que mi razón me intenta convencer para que no vuelvas a doler. No es justo volver a verme en mitad del océano con un ala rota, con pocas ganas de volver a volar y con miedo de que vuelvas a volver, y me vuelva a doler.
En este juego o llámalo como quieras, yo lo llamaré injusticia, tú pensabas que yo iba a machete pero cómo me vas a ver si voy escondida, estoy desarmada y escondida, lamiéndome las heridas de las alas. Intento no pensarte, no creerte. Lo intento mientras tú, ni me piensas, ni me sientes y mucho menos me dices la verdad. Porque la verdad no es esa, me jugaría el ala que me queda a que no es así.
Este blog es mi evasión del mundo real, donde nadie me conoce, donde pueden pensar que la realidad es ficción donde puedo engañar, donde no me hace falta luchar solo desahogarme. Esta es mi yo salvaje, mi plenitud en mi propia naturaleza, mi conexión conmigo. Esto es mío, personal y mío. Pero tal vez, algún día, pueda ayudarle a alguien y por eso lo hago público. Ya sabes, mi idea de abarcar a todo y a todos, mi no parar con tal de echar una mano, porque siempre mantuve y mantendré que las palabras pueden cambiar el mundo y ese mundo puede empezar en la mente de cualquiera.
Soy un pájaro que no puede volar, un día me encontré uno y lo llevé a que lo curaran, a que volviera a volar en su libertad y sin embargo, no sé a dónde llevarme yo. Mi instinto de supervivencia está anulado por la sentimentalidad tan humana que te arrolla cuando te enamoras de verdad.
___ Historia de un pájaro que cayó al mar, que sabe volar y no nadar, que se mantiene a flote pero le lleva la corriente. Que exhausto ahoga y nadie puede ahogarse dos malditas veces. El mar todo lo cura, todo locura. El mar. Siempre el mar. Nunca te has parado a conocerme como lo hizo el mar.