yerma,

Debo una disculpa, primero a mi, después al mundo. Discúlpame, disculpadme.

 

El vacío en ella, su vacío, ella yerma. Carente de vida y mucho más de sentido, respiraba como lo hacen los muertos que viven, véase muertos vivientes. Yerma por dentro, sin cabida para nadie en ella. Y nadie, nadie era ella. ¿Qué se puede esperar de una tierra incapaz de engendrar vida? Tal vez una esperanza en el pico de un ruiseñor, una semilla en el viento, algo que traiga un desconocido en los zapatos, una esperanza, una rendición para comenzar un levantamiento. Así fue como se rindió a la soledad, sin fuerzas y mucho menos ganas de luchar. Una vez en el suelo se dijo, he de levantarme.

Se levantó, contra viento y marea, contra viento y ella. Quizá la luna tuvo que ver, algo al menos. Esa noche tenía sed, la sació y con el calor del sol sintió punzadas en ella. Náuseas, escalofríos, delirios y grandeza. Despertó siendo de la naturaleza, desnuda en un bosque que no era debido a su sola presencia de tierra. Por ahí comienzan todas las historias, por las raíces y la tierra, por nuestra propia creación.

Amaneció ella, amaneció suya en su desnudez. Amaneció ya no limpia sino llena de pureza por cada poro de su piel. Miróse al espejo y no se vio a ella, observó sus ojos con otra mirada.

__ Ella no soy yo, ¿quién es ella, quién soy yo? Por qué tiene mi voz.

Se lavó la cara hasta tres veces, pero el agua no estaba más frío que ella. Y ante el hielo se comprendió y comenzó a derretirse, se acarició, se dejó llevar, se conoció por primera vez. Prometió consigo una vida plena, una vida juntas. Ella y solo ella. Aún quedaba mucho por aprenden, había de conocerse, debía dejarse ser.

Por lo que echó raíces, hizo de ella su propio hogar, brotaron las rosas más bellas, un jardín inmenso, tan inmenso como ella. ¿Y si el cielo fuera el jardín de alguien? De algún loco quizá, imagínate que las estrellas fueran rosas, que con solo respirar su aroma viajaras al cielo cerrando los ojos. Acabo de cerrar los ojos, huele a rosas.

 

Nunca escribía yo, siempre escribía ella, porque es más fácil hablar de una amiga, en vez de hablar de una misma y exponerte a un juicio. Se levanta la sesión

Un comentario sobre “yerma,

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s