esto pasó de ser un extraño caso, a la más cruda realidad. Y la crudeza hace que el dolor oprima y por ello, un día el alma por mucho que ame, desea ser libre.
Verá Doctor, me enamoré entre el otoño y el invierno, todo empezó sin yo saberlo. Empezó con mi yo más frío, tal vez mi peor versión, o la más experimentada debido a todas las situaciones. Tal vez yo tenga un poco de usted, no sé.
El caso es que conocí a un hombre maravilloso, le empecé a conocer mediante palabras, y fíjese cuán hondo me llegó al alma que no tuve ojos para otro. Ya no se conocen a las personas por las palabras, ahora todo es mera física, superficialidad que está por encima de la pureza de un corazón.
Bien, hablamos durante horas ese día y según pasaban los días un fuego se adentraba en mi. Su fuego, porque es su metáfora. Cada caricia es cálida y más sus palabras, así que yo, sin quererlo, comencé a derretirme. Aún quedaban partes de mi coraza, él bien lo supo, bien lo sufrió.
Verá, me enamoré de ese hombre hasta el punto en el que un día quise cambiar todo mi futuro, sin renunciar a mi sueño, simplemente lo modifiqué según dictaba mi sentimiento. Me dije, ¿y por qué no? Él nunca me creyó, nunca se creyó lo que le dije por lo que ni me esforzaba en decirlo, sólo sentirlo, recopilarlo en mis entrañas para un día, pensaba, sacarlo a la luz, a su luz e intentar hacerle el hombre más feliz del mundo.
Y claro que podía haberlo hecho, claro que por él hubiera sacado lo mejor de mi y tal vez hubiera renunciado a muchas cosas con tal de equilibrar mi vida con la suya. ¿Quién no daría todo por un hombre protector que sabe llorar? Él sabía, sacaba lo más dulce de su interior, sus sentimientos más sinceros y lloraba por mi, porque me quería, porque yo era capaz de llegar a lo más profundo de su corazón.
Si hablo en pasado, Doctor, es porque usted ya no está conmigo. Porque me dejó aquí sola a merced de un cuerpo que tenía sus ojos, pero nada más de usted.
Así es como conocí a Hyde, perdiéndole a usted. Yo no estoy enamorada de Hyde, no puedo amarlo ni sacar lo mejor de él, y cuando lo veo intento hacer como si nada, a veces hasta voy detrás de él, a ver si le encuentro a usted por alguna parte. Y me equivoco, llevo equivocándome meses.
Y por fin, he desistido. Me he rendido ante la imposibilidad de que regrese. Odio a Hyde, él duele, sin embargo Jekyll me cogió cuando estaba rota y me llenó hasta el punto de hacerme feliz con una mera mirada.
El sábado le dije unas palabras a Hyde, le dije que viviría con él aunque no fuera en mi deseada casa con jardín y es obvio que le mentí, pero no pensé que dentro de él estuviera usted escuchándome, y le ví vi a Jekyll, un atisbo y sus ojos se pusieron vidriosos. Ahí estaba, estaba él mirándome otra vez, escuchándome. Quise pedirle que matara a Hyde, que lo hiciera por mi, pero pronto sus ojos volvieron a estar secos y yo no supe decirle que esas palabras no eran para él.
Así que verá, he llegado a una conclusión, no quiero saber nada de Hyde, no pienso besar a ese hombre porque ese no es usted y yo no puedo evitar serle fiel al amor de mi vida. Por lo que esperaré su regreso, si llega aquí estaré, tal vez me encuentre perdida en otra ciudad pero pensaré en usted todos los días, porque lo que siento es tan real como la tierra misma.
Ojalá regreses pronto, siempre tuya
te prometo que no seré de nadie
Precioso.
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gracias señorita ❤️
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Siento que hemos vivido algo muy similar, te abrazo fuerte
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tenemos dolor en común, espero que también tengamos felicidad.
Tu abrazo fuerte me ha llegado, otro para ti ☺️
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Nice looking blog, Sarah. Happy, 2018.
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Doc! 😀 long time no see! Thanks, and happy 2018!
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