El principio del caos

Todo empieza con un latido. Y después viene la desdicha o la más absoluta felicidad
Paraíso I, el visceral

Imagina que una manzana es un corazón y ahora imagina un gusano mordiéndola, poco a poco, hasta que habita dentro. Ese hueco, que en el corazón sería herida, no cicratriza porque las manzanas no cicatrizan, se pudren.

Problema número uno del paraíso, tengo un corazón podrido y un gusano habita en mi. Proceso número uno, simbiosis. Y así nos acostumbramos el uno al otro y ahora no sé qué sería de mí. Sin él.

Un gusano habita en mí y me he acostumbrado a él, pero no le tengo miedo, sólo me temo a mi. El gusano: Las manzanas cuando maduran caen del árbol, como aquel que empieza a tener uso de razón, valores, principios, sentimientos y bla bla bla. Una manzana roja, una persona que ya siente. Un problema. Más tierna para empezar a morder la piel.

La piel siempre es una buena introducción. Qué intento, irracional. 

Definición: el gusano no es más ni menos que tu parte más visceral. La incontrolable, la que sientes y a veces conoces y un día desconoces y te sorprendes. Sí, te sorprendes. Todos sentimos, todos moriríamos por amor y todos hemos muerto alguna vez por él. 

¿Y lo que te mata? En este caso también te hace más fuerte, o te destroza, pero te mata. Mata a una parte de ti que seguramente hasta el momento no conocías. Y así morimos y de las cenizas volvemos a nacer. Y nos quemamos, y cenizas, y nacemos, y nos volvemos a quemar, y cenizas, siempre cenizas…

Resurgir no es fácil, pero todos lo hacemos. Unos tardamos años, otros meses y algunos unas horas, sólo unas horas. 

Y hace tiempo, y frío…

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s