Yo siempre soy de ojalás, de hipotéticos, de dudas que consumen, arden en este mi corazón de cera, y yo soplo, alimentando el fuego y pensando «ya se apagará». Me consumo. Mientras, esta vela mía deja olor a desidia y cerezas. Lentamente, como los buenos besos. Embriagador, como un recuerdo.
Tocaría su pelo, buscaría cobijo en su gris. Tocarte el pelo, cobijarme en ti. Sentarme en tu menguante y hacerte llena, eterna. Magnífica, etérea. Hacerme astro para permanecer a tu vera. Y mirar el mundo desde tu ojo, besarte cada cráter, enamorarme. Cambiar de aires, viajar contigo hasta tu pecho. Serías el hogar más bello, eres el hogar de todos mis sueños.
Ardo en el mayor de mis deseos, hacerte mía. Pero eres tan tuya, sería como enjaular a un pájaro. Como sacar del agua a un pez y esperar que se adapte y respire. Eres tan yo, tan poco terrenal. Quiero que tiren mis cenizas al mar, para bajar y subir contigo. Para ya que estás tan lejos, estar al son de tus mareas.
Hoy me fugo con la luna. Odio este fallo tan mío de jugar con los tiempos.
Hola, comparto tu fuga en mis redes.
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