El hombre que no llovía o no sabía llorar

Cualquiera podemos ser un hombre gris. Un misterio delicado y huidizo, pedante y capaz. No hay nada más temible que un hombre capaz. ¿Capaz de qué? Imagínate… Hay ciertas palabras, cierto orden de las mismas, en las que uno debe temblar.

Un paseo matutino, rutinario, algo por donde empezar un día. Todos tenemos el instinto, esa sed de matar. Puede ser el hombre más correcto y en el fondo de su alma el asesino más despiadado y a su vez, tener piedad. ¿Ves como hay que temblar? Somos tanto que acabamos mirándonos a un espejo preguntando, ¿quién es ese desconocido? 

Yo diría que un monstruo. La lluvia es la metáfora más exquisita de nuestro corazón. Una gota es el principio de una tormenta. Nosotros somos el principio de nuestro instinto, hay gotas que colman vasos. Fíjate, sólo una gota. Y una lágrima, una lágrima es el principio del dolor, la inspiración. Cuando hablas lloviendo, ahí sí que eres tú. El monstruo más razonable, ya sea para bien o para mal, que jamás he conocido. Un ser que siente, por eso temo a los hombres que no lloran porque nunca sé quiénes son realmente. Y eso, eso es un motivo para temblar, o por lo menos para empezar.

tumblr_o27tfno0oK1tpdhn4o1_1280

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s