El problema es que los humanos diferencian entre humanos, clasifican, organizan y actúan ante impulsos generados por el odio hacia sí mismos.
Si el hombre sigue siendo un lobo para el hombre no habrá ni paz ni guerra, porque no habrá hombres ni humanidad. No obstante, un mundo vacío no es la solución pese a que lo parezca. Pero, ¿cómo hacemos que cada humano ame cada peculiaridad de su propia raza?
¡Uff! Tenemos mucha tierra que arar en ese sentido. La educación con amor y respeto a los demás es la solución a este problema.
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Estoy totalmente de acuerdo contigo 🙂 aún nos queda mucho por hacer
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